El exiliado político Javier Alberto Álvarez Zamora pidió a la comunidad internacional ayuda humanitaria tras el encarcelamiento de tres miembros de su familia.
Álvarez detalla en una carta cómo agentes policiales apresaron la noche del 13 de septiembre, “sin orden judicial y sin presentar razones» y de «forma arbitraria e injusta”, a su esposa Jeaninne Horvilleur Cuadra (63 años) y a su hija Ana Carolina Alvarez Horvilleur (43 años), ambas de nacionalidad francesa-nicaragüense. Los agentes a quien buscaban era a él por ser opositor.
Esa misma noche, la Policía se llevó detenido “sin orden judicial o razón aparente” a Félix Roiz Sotomayor (55 años), esposo de Ana y yerno de Javier Álvarez.
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«No han cometido ningún delito”
“Ellos no han cometido ningún delito, ni han tenido ninguna participación política, sin embargo, han sido encerrados injustamente por el simple hecho de ser mis familiares. Yo únicamente soy de pensamiento opositor al gobierno, pero tampoco he cometido delito alguno, solo quiero democracia y libertad en Nicaragua, lo cual no constituye ningún tipo de falta o delito”, afirma Álvarez en la carta pública.
En la misiva afirma que la nueva modalidad de detener a los familiares de opositores es una “gravísima agresión y vulneración de los DDHH (Derechos Humanos) más elementales, al transferir una supuesta culpa a sus familiares directos”.
Problemas de salud de sus familiares
Javier Álvarez expresa preocupación por la salud de sus familiares. Su esposa Jeaninne Horvilleur es sobreviviente de cáncer, actualmente se encuentra en remisión, pero debe realizarse chequeos médicos periódicamente, así como tomar medicamentos muy específicos de prevención y control.
En la carta también detalla el caso de su hija Ana Carolina Álvarez, quien tiene problemas estomacales crónicos e infecciones recurrentes que indican la deficiencia de su sistema inmunológico.
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En esa misma línea de problemas de salud, explica que su yerno Félix Roiz ha tenido múltiples operaciones por problemas esofágicos, por lo que necesita tomar de forma permanente medicamentos especiales para su condición, así como llevar una dieta controlada y muy específica.
“Nuestra familia es de personas trabajadoras, honestas y solidarias. Además de estar detenidas injustamente y por el simple hecho de ser familiares de un perseguido político, son personas con dolencias médicas crónicas y que bajo un cuidado deficiente se puede ver comprometida su salud e integridad física”, expone Álvarez.
El opositor afirma que prácticamente han “secuestrado” a toda su familia y que estas acciones del régimen de Ortega no tienen precedentes, pues sus familiares están siendo acusados de “delitos inventados y que no han cometido”. Denuncia que a él lo obligaron a exiliarse, tal como ha ocurrido con miles de nicaragüenses por el simple hecho de pensar diferente.
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