Los altos precios en las materias primas, sobre todo de la harina, manteca, margarinas y aceites, mantiene al sector panadero entre la espada y la pared, sin saber qué hacer para seguir ofreciendo calidad y cantidad a los consumidores.
Según el monitoreo que realiza mensualmente el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) sobre los productos de la canasta básica, el precio del pan (por libra) se ubica en C$29.01, casi C$1.50 más que el año pasado cuando se mantuvo en C$27.61.
Aparentemente el aumento no es tan grande, pero si ese córdoba con cincuenta centavos se multiplica por las 27 libras que estipula la cesta alimenticia, los nicaragüenses han tenido que desembolsar casi C$38 córdobas más para comprar la misma cantidad de pan que hace un año.
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Si bien no ha habido alzas considerables pese a que a nivel internacional el precio del trigo, insumo principal en la fabricación de harina, desde febrero de este año ha experimentado aumentos considerables, los panificadores como ya lo han hecho en múltiples ocasiones, han optado por asumir esos costos, reducir el tamaño y hasta tener que tomar medidas administrativas drásticas para no aumentar el precio en la bolsa de pan.
Panaderos toman medidas drásticas
Miriam Fonseca es propietaria de una repostería-panadería, llamada “La Bendición”. La fundó hace unos años. Debido a las constantes alzas en el precio de los insumos y después de visualizar que la repostería por sí sola no estaba siendo tan rentable, optó por diversificar y empezar a ofrecer otros productos de mayor demanda como el pan. Ahora la repostería se convirtió en una pequeña panadería.
Si bien los giros en los negocios o la capacidad de reinventarse son muy buenos, en el sector panadero no siempre se avizora un buen futuro. El sector es afectado constantemente por las alzas en los combustibles, la energía eléctrica y las materias primas, que en los últimos meses han experimentado precios muy altos en comparación al año pasado.
“La situación se ha vuelto insostenible, alzas en el combustible, la harina, la margarina, el azúcar y todos los demás ingredientes. Hemos tenido que reducir las rutas de entrega para ahorrar en gasolina y pago de trabajadores”, nos cuenta la pequeña empresaria.
¿Por qué ha aumentado el precio de las materias primas?
El asunto de las alzas es una constante a consecuencia de los variables precios en el combustible, pero estos últimos meses la invasión de Rusia a Ucrania en la tercera semana de febrero, provocó un disparo en los precios de la mayoría de los productos a nivel mundial, pero especialmente del trigo y el aceite, ya que precisamente Rusia y Ucrania son los principales productores y exportadores de estos.
Rubén Arriola de la Consultoría del Gestor al Consumidor explica que los panaderos están haciendo de “tripas corazón”, pues los aumentos constantes en las materias primas y el combustible merman considerablemente sus ganancias hasta tal punto de hacer insostenible el sector.
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“Estamos teniendo los primeros problemas a nivel mundial en la producción de trigo, abundante en países europeos, principalmente entre Ucrania y Rusia, países en conflicto, lo que ha encarecido el producto (materia prima para la harina). Por otro lado, Ucrania es un gran productor y exportador de aceite, producto que también ha aumentado de precio hasta C$85 por litro en los mercados populares, así como la manteca y mantequilla que también han aumentado de precio”, comenta el consultor.
En febrero de este año la tonelada de trigo en el mercado internacional se ubicaba en $390.5, pero desde la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero, los precios se dispararon hasta alcanzar los casi $500 dólares por tonelada al finalizar abril.
¿Cuáles son los productos que han experimentado más alzas?
Miriam Fonseca explica que en apenas 7 meses la harina aumento C$190 por quintal y que vienen más alzas. Productos como la manteca experimentaron aumentos de hasta C$250 la caja de 20 unidades y en el caso del azúcar, en el mismo período estipulado subió C$60, pese a que el país es un gran productor y exportador del edulcorante.
“En noviembre del año pasado compramos la harina a C$890, ahora está a C$1,080 y nos acaban de decir que viene otra alza de entre C$100 y C$150, ha subido de precio constantemente. La manteca estaba en C$700 y ahora está en C$950 la caja. El azúcar pasó de C$1,250 a C$1,310. Obtengo esos precios porque compro directamente a distribuidores, en el mercado es más caro”, expresa Fonseca.
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La pequeña panadería de Miriam no logra salir a flote, no solo por el aumento de precios tanto en harina, aceites y grasas, sino por las bajas ventas. Esto ha obligado a reducir las jornadas laborales a un 50%, de 6 a 3 días, así como la reducción del personal. Ella ha tenido que asumir no solo el rol de administradora sino también volver a sus inicios y trabajar igual que sus pocos colaboradores, todo con el fin de ahorrarse ese dinero y no aumentar el precio del pan y demás productos que ofrece.
Más competencia a causa del desempleo
“Tratar de mantener el precio es el reto. Con tanto desempleo mucha gente ha optado por elaborar pan artesanal, hay una gran competencia. El mayor temor es tener que cerrar, de esto vivo, pero si los insumos y la materia prima aumenta, la situación se vuelve insostenible”, concluye Fonseca.
Rubén Arriola, por su parte, explica que lo que hace falta es la unión sólida de parte de los panificadores para que en conjunto puedan buscar soluciones más efectivas a la crisis en el sector.
“Los panificadores están sufriendo a parte del alza de las materias primas, también por el gravamen de los impuestos a los insumos. Es necesario hacer una revisión exhaustiva en los insumos de alimentos que se ocupan para la producción de pan, así como que los panificadores se organicen en una cámara fuerte que los represente y les permite importar productos más baratos para ellos y así poder enfrentar la crisis alimentaria que se avecina a nivel mundial. Ha bajado mucho la calidad del pan, es muy pequeño en comparación a como se hacía antes”, indicó Arriola.
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