La diáspora nicaragüense no puede ver a un defensor de la dictadura sandinista en cualquier país, ya que si tiene oportunidad no la desaprovecha para reclamarles sin importar “la locación”, tal como sucedió esta semana en el estadio de Miami donde convergieron opositores y sandinistas en los partidos de la selección nacional en el Clásico Mundial de Beisbol.
Aunque lo más viral han sido los reclamos a Juan Caldera, un reconocido militante sandinista, otro de los que tuvo que lidiar con los cuestionamientos fue el comisionado general Julio Sánchez, uno de los altos jefes de la Policía Nacional, quien viajó a Estados Unidos como parte del cuerpo técnico de la selección nacional.
Cuando los opositores lo observaron en la orilla del dugout del equipo, empezaron a gritarle.
“Asesino, el número 26 (que llevaba en su dorsal), Sánchez, comisionado de la policía criminal. Qué desvergüenza cómo vienen a meterse y llaman a los Estados Unidos el imperialismo invasor y aquí están los muy descarados. No estamos apoyando a la selección de Nicaragua, estamos denunciando a los criminales y cómplices de lesa humanidad”, le increparon el funcionario sandinista.
Juan Caldera amenaza con denunciar a nicas que le gritaron en EEUU
Indiferente ante la masacre del 2018
Aún está en la memoria de los nicaragüenses la indiferencia con que el comisionado Sánchez respondió el 11 de mayo de 2018, a un grupo de periodistas que les consultaron sobre la muerte de unos estudiantes universitarios la noche anterior en un ataque perpetrado por policías y parapoliciales a la UNAN-Managua.
“Preguntame de beisbol y te respondo todo”, fue lo único que quiso responder, a pesar que en ese momento andaba en labores como funcionario policial, mientras llegaba a la rotonda de Ticuantepe a “mediar” para que la población quitara los tranques para protegerse la brutal represión de la dictadura.
Caldera, el más repudiado
En días recientes, en el estadio de Miami también fue abucheado por el público nicaragüense, el fanático y comerciante de pollos Juan Caldera, a quien de igual forma le gritaron: “asesino, asesino, criminal, cómplice de la dictadura”. El martes incluso se llamó a oficiales de la policía, quienes lo condujeron a un rincón del estadio.
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