El cementerio de San Pedro, declarado patrimonio histórico de la nación en 2003, permanece entre el abandono y el olvido por el régimen de Daniel Ortega. Aunque en este campo santo reposan los restos del expresidente José Santos Zelaya y los de Salomón Ibarra Mayorga, autor del Himno Nacional de Nicaragua, el lugar es una guarida de vagabundos que consumen todo tipo de drogas encima de las tumbas.
Otros personajes históricos que reposan sus restos en el cementerio de San Pedro son los del maestro Gabriel Morales, fundador de la educación gratuita en la ciudad de Managua. También se encuentra la tumba de José Zacarías Guerra, quien hizo las primeras gestiones para la creación del Hogar Zacarías Guerra, y además de excombatientes de la Batalla de San Jacinto.
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En el cementerio abundan los bebedores consuetudinarios que hasta duermen plácidamente encima de las tumbas; las botellas de plástico en las que consumen alcohol son tiradas en cualquier parte y lo único que reluce son montañas de basura.
Vagabundos también ocupan las tumbas del cementerio de San Pedro para dormir | Foto: Nicaragua Investiga
“Aquí podés ver tumbas de personas que fueron importantes”, dijo un bebedor sin poder pronunciar algunas palabras por los efectos del alcohol. “¿La Alcaldía de Managua no viene a limpiar este cementerio?”, preguntamos como espectadores.
“Está como olvidado y parece que no les importa limpiar todo esto. Por allá viene a limpiar la Alcaldía”, interrumpió un vigilante que permanece resguardando el lugar. Todas las cruces, monumentos, bóvedas, ángeles y lápidas están completamente dañadas. Lo único que se mantiene en firme son las rotulaciones que fueron instaladas hace muchos años atrás, cuyas letras se están borrando a causa del sol y la lluvia.
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Pionero del periodismo nicaragüense sin honor y gloria
En este cementerio se encuentra la tumba de Enrique E. Gottel, quien fue inmigrante alemán que cambió la historia del periodismo en este país, cuando fundó en 1865 en la ciudad de Rivas un diario llamado “El Porvenir de Nicaragua”, considerado el primer periódico nacional de circulación regulada, uno de los más leídos en Centroamérica.
En la tumba de Gottel aun permanece una placa de mármol que está rodeada de basura, la pintura del monumento se está descascarando y la lama comienza a ser parte de las letras que se logran leer: “Nicaragua agradecida 1883. Día Internacional del periodista. 8 de septiembre de 2001”.
En el cementerio San Pedro también está enterrado otro precursor del periodismo: Fabio Carnevalini Cagliero, quien se destacó como periodista, orador, político y uno de los personajes con mayor relevancia a fines del siglo XIX.
Enrique E. Gottel fue el fundador de el periódico «El Porvenir de Nicaragua». Foto | Nicaragua Investiga
Un monumento sin cabeza
El General Andrés Zamora fue un combatiente de la Batalla de San Jacinto protagonizada el 14 de septiembre de 1856.
El monumento de su tumba está sin cabeza y la falta de mantenimiento es evidente: una capa fina de mármol se está desintegrando a causa del sol; la lluvia ha dejado su huella con costras, las cuales se forman en zonas donde no hay un impacto directo de la lluvia.
Los demás restos de los combatientes de la Batalla de San Jacinto son: Miguel Vélez Morazán, Vicente Bermúdez y Francisco de Dios Avilés.
Maestro Gabriel en el abandono
En la entrada principal del cementerio se puede ver una estatua con un señor sentado en una silla y un niño vestido con uniforme escolar. Es la del maestro Gabriel, precursor de la educación gratuita en Managua y quien impulsó la educación mixta.
El maestro Gabriel tuvo como alumnos al general José Santos Zelaya López y al jurista Luis E. López, quien promovió la construcción de un monumento al maestro cuando falleció el 10 de agosto de 1888.
Monumento en honor al maestro Gabriel Morales Largaespada. Foto | Nicaragua Investiga
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Expresidente nicaragüense y autor del Himno Nacional olvidados
El expresidente de Nicaragua, José Santos Zelaya (1853-1919), llegó al poder en 1893. El político murió en Nueva York, Estados Unidos, pero su cuerpo fue trasladado a Nicaragua y sus restos yacen en el cementerio de San Pedro, uno de los monumentos que más sobresale.
José Santos Zelaya comparte la bóveda con su padre, Francisco Zelaya.
Salomón Ibarra Mayorga, autor del Himno Nacional de Nicaragua, también se encuentra entre la basura y los vagabundos, quienes suelen recostarse en su monumento.
En el cementerio de San Pedro descansan los restos de Salomón Ibarra Mayorga y de su esposa, Angelina Mejía de Ibarra. Foto | Nicaragua Investiga
Cementerio de San Pedro creado por la mortandad de una peste
A consecuencia de la epidemia del cólera que asoló Managua en 1855, se creó el cementerio en las afueras de la ciudad. En el periodo de gobierno del presidente general Tomás Martínez Guerrero y las administraciones de los alcaldes Carlos Aragón, Indalecio Bravo y Nicanor Obando, se comenzó a ordenar el cementerio.
En 1856 se inició la construcción de una capilla dedicada a San Pedro, donde tomó el nombre el cementerio y el barrio que surgió a su alrededor. El 30 de noviembre de 1875, el presidente Pedro Joaquín Chamorro Alfaro, decretó el reglamento del Cementerio de San Pedro. El 9 de julio de 1922, se cerró el registro. El último sepultado fue el expresidente José Santos Zelaya.
El terremoto del 31 de marzo de 1931, se derrumbó la ermita y quedó en completo abandono. Fue hasta en 1991 que la Alcaldía de Managua inició la tarea de rescatar el cementerio. En el año 2001, se logró ubicar 782 tumbas y se identificó 159 restos con sus nombres y apellidos.
El cementerio de San Pedro data del año 1855. Fue clausurado el 9 de junio de 1922 | Foto: NI
En septiembre de 2003 fue declarado patrimonio histórico de la nación, durante la administración del entonces alcalde Henry Lewites (2001-2004). Se inició otra restauración, cuya primera etapa se inauguró el 6 de julio de 2004, se lee en una placa que está en la entrada principal.
No existe una referencia de parte del régimen de Daniel Ortega, pese a los 14 años de permanecer en el poder y de enaltecer a su gobierno como uno de los que rescata la historia de Nicaragua. Lo único que se identifica como inversión son rótulos que rezan: “No botar basura aquí”.
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