En medio de la persecución a la Iglesia Católica de Nicaragua, el Vaticano sigue apostando por el diálogo con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Así lo ha dejado manifiesto el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario de la Santa Sede para las Relaciones Internacionales, durante su discurso en la 78 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
«Quisiéramos transmitir nuestra solidaridad a Nicaragua, donde esperamos que el diálogo diplomático respetuoso, a través también de las iglesias locales, redunde en interés de las poblaciones nacionales», expresó Gallagher.
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Las relaciones entre la Santa Sede y el régimen de Daniel Ortega no son nada buenas. En septiembre del 2022 el caudillo sandinista aseguró que la Iglesia Católica es la «dictadura perfecta», mientras que en marzo del 2023 el papa Francisco comparó al régimen de Nicaragua con una «dictadura hitleriana».
Uno de los puntos medulares de las negociaciones entre el régimen sandinista y el Vaticano sería el caso del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien lleva más de un año encarcelado y en febrero pasado fue condenado a más de 26 años de cárcel acusado de «traición a la patria». El religioso ha sido un fuerte crítico de las violaciones a los derechos humanos que se cometen en Nicaragua.
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En este país centroaméricano la falta de libertades y la persecución religiosa son tan dramáticas, que incluso las celebraciones católicas están vetadas y los templos y sacerdotes viven en constante vigilancia por parte de policías y adeptos de la dictadura. El mayor ejemplo fue la pasada Semana Santa cuando la dictadura desató una nueva ola de arrestos y prohibió las tradicionales procesiones de la época.
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