En el 2018 José Morales, oriundo de Diriá, era estudiante de cuarto año de la carrera de Comunicación y Relaciones Públicas en una universidad de Managua. La persecución política emprendida por el régimen sandinista en contra del estudiantado y opositores lo llevó a abandonar su carrera y a enfrentarse al desplazamiento forzado hacia Costa Rica.
Después de cuatro años de haber llegado a suelo costarricense y buscar alternativas de estudios que se asemejaran a su carrera en Nicaragua, Morales logró graduarse este mes con honores.
«Cuando yo estaba cursando el cuarto año de Comunicación y se da todo este tema de ruptura sociopolítica, yo estudiaba en una universidad privada y decidimos junto a otros compañeros salir y manifestarnos. Posteriormente fui parte del movimiento estudiantil a nivel territorial y esa es una de las razones por la cual tuve que exiliarme», explicó Morales.
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Un impulso que lo llevó a no rendirse
A pesar del desprendimiento que tuvo que realizar tras exilarse en Costa Rica, Morales decidió que era momento de buscar una casa de estudios que le permitiera continuar con su carrera.
«Me doy cuenta por medio de un amigo que la ULACIT estaba proporcionando becas a chicos y chicas nicaragüenses que habían salido (al exilio) y era producto de la crisis sociopolítica», indicó.
Morales se describe así mismo como una persona que busca oportunidades e incluso, dice que se atreve a salir y tocar puertas para que esas oportunidades logren llegar y concretarse.
«Decidí ir a la universidad (ULACIT) a preguntar sobre los requerimientos y, efectivamente estaba la convocatoria abierta», manifestó.
«Yo dije, yo sé que yo puedo. Aquí está mi oportunidad», añadió.
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Esperó más de seis meses
Luego de la aplicación para ser admitido en la universidad en Costa Rica, Morales debía de esperar un tiempo determinado por el recinto universitario para saber si cumplía con los requisitos solicitados.
«Apliqué en septiembre del 2018 y me dan la noticia de que fui aceptado por medio de dos procesos de entrevistas, en mayo del 2019. Fue bastante emocionante, no me lo esperaba. Pese a que la única carrera que se relacionaba con Comunicación era publicidad», comenta Morales.
Familiares y amigos le ayudaron a cumplir su sueño
El ahora profesional en Publicidad indica que uno de los factores que lo ayudaron en todo el camino por coronar su carrera universitaria fueron amistades y familia.
«De los tantos factores que me llevaron a cumplir mis anhelos y mis propósitos fue haberme rodeado de personas que me aportaran, rodearme de personas que me ayudaran y me encaminaran. Dios efectivamente puso esas personas en mi vida», subrayó.
Una «combinación de sentimientos»
José Morales se graduó el pasado 22 de septiembre en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología. Llevó consigo el día de su graduación, la bandera de Nicaragua y en su birrete llevaba la leyenda «La Voz de los son voces», una frase del Santo de El Salvador, Monseñor Óscar Romero.
«(El día de la graduación) fue una combinación de muchas emociones y sentimientos, de remembranzas. Cuando yo estaba en Nicaragua mi sueño más grande era poder graduarme con honores. Quiero comentarte que, gracias a Dios pude graduarme con honores, pude graduarme con Cum Laude Probatus», dijo.
Al subir al estrado donde le fue entregado su titulo universitario, Morales dijo haberse sentido nostálgico por haber dejado atrás su carrera en Nicaragua, pero a la vez feliz por culminar una meta más en su vida.
Junto a Morales estuvo todo el tiempo su bandera azul y blanco de Nicaragua. En este sentido, indicó que uno de los orgullos fue poder graduarse y visibilizar su bandera.
«De cierta manera llevé, encarné en mí a mi país. Visibilicé mi bandera, puse una frase en mi birrete que decía “La voz de los sin voces”, en apoyo a la Iglesia Católica y recordando esa frase de monseñor Romero», comentó.
Una migración sin precedentes
El Centro de Estudios Transdiciplinarios de Centroamérica (CETCAM), liderado por la socióloga Elvira Cuadra, indicó que hay un desplazamiento forzado de migrantes nicaragüenses hacia Costa Rica.
«Hablamos de migración, pero en realidad se trata de desplazamiento forzado y esto no es casual. Tiene que ver con una serie de situaciones que son las que motivan a los nicaragüenses a salir del país arriesgando la vida de ellos, de sus familiares», indicó Cuadra.
Para la socióloga, «un buen número de ellos (migrantes desplazados) son personas con calificación técnica y alta. Eso quiere decir que el país está perdiendo sus mejores recursos humanos en este flujo de migración forzado o desplazamiento forzado para ser más directos».
El informe subraya que la mayoría de los desplazados «son personas jóvenes que tienen un futuro por delante, muchas veces son familias recién conformadas y, detrás de ellos queda un enorme drama entre la familia que se tiene que romper, la familia que se tiene que separar, que sufre por la distancia, pero que también sufre porque sabe las penalidades por las que se exponen mediante sus viajes de migración».
Datos de la Unidad de Refugio de la Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica, indican que desde abril del 2018 a junio de 2022 se han recibido más de 160 mil solitudes de refugio de personas procedentes de Nicaragua.
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