El gobierno Ortega Murillo avanza de manera decidida para imponer la cadena cadena perpetua en Nicaragua, pese a las críticas de los diferentes sectores de la sociedad que ven esta iniciativa como una nueva estrategia de intimidación.
Este martes al mediodía la vicepresidenta del país, Rosario Murillo, dio a conocer que más de 650 mil personas han firmado a favor de la cadena perpetua.
“Tenemos también compañeros, compañeras, más de 650 mil firmas de respaldo a la solicitud que se hace a la Corte Suprema de Justicia para que se establezca la pena máxima posible a aquellas personas o personas perturbadas, perturbadas mentales o con odio en el corazón, que cometen asesinatos atroces, violaciones, crímenes de odio, tratos crueles, aberrantes, humillantes, inhumanos, denigrantes y degradantes”, expresó en medios oficialistas.
Desde que Rosario Murillo anunció la posibilidad de reformar la ley, fanáticos sandinistas, empleados públicos de las instituciones, y hasta estudiantes controlados por el oficialismo han circulado fotos y videos firmando en respaldo a la cadena perpetua.
Aunque el oficialismo esgrime los asesinatos y violaciones de mujeres para imponer la ley, el argumento pierde fuerza porque la misma Rosario Murillo y el presidente Daniel Ortega están lanzando serias advertencias a los opositores, a los que acusan de cometer “crímenes de odio”, es decir, a todas luces hay un trasfondo meramente político.
Otro aspecto que contradice el argumento oficial es que el presidente Ortega ha ordenado en los últimos años la liberación de más de 23,300 presos comunes, muchos de estos son responsables por los delitos que ahora piensan penalizarse con cadena perpetua.
De hecho la firma de supuesto apoyo a la cadena perpetua es la misma estrategia implementada en 2018 para cerrar medios y encarcelar a opositores.
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