En América Latina se viste tradicionalmente a las imágenes religiosas desde el siglo XVII, por su importancia y popularidad en las congregaciones católicas. En Nicaragua es un arte que también lleva un buen centenar de años y con el tiempo las técnicas y la elaboración artesanal han cobrado mucho prestigio.
Una de las cunas de este tipo de arte religioso es León, en esta ciudad ubicada en el occidente del país y donde tiene lugar la festividad religiosa más importante de Nicaragua como es La Gritería, nos encontramos a Moisés Molina en su pequeño, pero reconocido taller Divine Creations.
Esta vez le han encargado un manto muy particular para la Virgen María, lleva el color azul característico de la Purísima, con bordados de la Flor Nacional Sacuanjoche. Mientras mueve con agilidad el aro de bordar y la aguja de la máquina va dando forma al diseño que Moisés previamente ha elaborado, nos va contando su historia.
Moisés Molina borda uno de los mantos encargados por sus clientes. Foto: NI.
El leonés Moisés Abraham Molina, tiene 36 años, 17 de ellos los ha dedicado al bordado artesanal, un arte que aprendió desde muy joven y que con el paso de los años logró perfeccionarlo, hasta llegar a tener su propio taller. Es un emprendedor que genera empleos, y gracias a su trabajo y calidad cuenta con gran reconocimiento.
Curioso desde niño
Relata que entre sus siete u ocho años veía a su abuelita cocer en su máquina de pedal negra, aquellas antiguas Singer, en la que aprendió a bordar y que hasta hace poco reemplazó por otra que le permite trabajar más rápido pero sin perder la calidad del trabajo artesanal.
“Siempre me quedaba observando cómo enhebrar el hilo, cómo ponía la bobina, como movía sus pies para que la máquina empezara a cocer. Entonces primero empecé cosiendo los trajes de la Virgen”, cuenta tras una pausa que ha decidido realizar para atender la entrevista.
Con el paso del tiempo, Molina aprendió a habilitar la misma máquina para poder hacer las labores de bordado, le quitó los dientes y la pata prensatela, y aprendió a manipular en ella el aro que se usa para bordar a mano. Todo lo aprendió de manera empírica, sin tener que ir a un taller de costura o haber llevado algún curso.
Desde pequeño le llamó la atención el dibujo, diseño y los tejidos, pero fue de la Virgen María de quien le llegó la inspiración. Cada vez que iba a las iglesias o a alguna festividad religiosa de su ciudad, admiraba los mantos y las túnicas bordadas que llevaban puestas las imágenes religiosas. Y así fue creciendo cada vez más su curiosidad hasta descubrir su arte.
“Al inicio fue duro, quebraba las agujas, el hilo se reventaba a cada rato, me traspasé varias veces las agujas por los dedos, pero nunca desistí. La primera vez que tuve un vestido bordado, hasta yo me sorprendí. Estaba bonito, pero no era algo de calidad como lo esperaba”, relata.
Arte y fervor
Este modista de las imágenes religiosas cree que su arte viene de la divinidad y de su fervor mariano, pero también le debe gran parte a sus raíces familiares, especialmente de una de sus ancestras tías.
“Esto es nato, lo practiqué, pero mi abuelito José Molina me dijo que él tenía una tía que se llamaba Sara que era bordadora. Eso lo vine sabiendo tres años antes de que él falleciera. Puede ser que de ahí venga lo empírico mío de bordar. En la sangre, ya viene de familia”, cuenta.
Los primeros trajes que elaboró fueron para la imagen de la Virgen María de su casa, la misma que hoy recibe a todos sus clientes y visitantes en un espacio especial de su pequeño taller.
Con dos años de mucha práctica en el bordado y todavía siendo un adolescente, logró perfeccionarse y ver resultados. Quienes llegaban a su casa empezaron a ver la calidad de su trabajo, así logró hacerse de sus primeros clientes y estos a su vez lo empezaron a recomendar.
“Yo no sabía de cobrar en mi trabajo porque para empezar lo tomé como un pasatiempo, aparte que estudiaba mi secundaria. Nunca imaginé que iba a ser algo que me diera mi propio negocio, mi trabajo hasta el momento”, agrega.
Abraham Molina muestra una de sus tantas creaciones. Foto: NI.
Ya con 19 años, Moisés siguió elaborando túnicas, mantos y hasta cabelleras para la imagen de la Virgen María que está en su taller. La tradicional y efectiva publicidad del boca a boca llegó a oídos de algunos sacerdotes de la Iglesia católica en la Diócesis de León, que también cubre el departamento de Chinandega.
“Los mismos colegas sacerdotes se transmitían la noticia de que estaba una persona bordando. De hecho en la Diócesis de León habíamos tres bordadores, pero el que más ha tenido pauta ha sido este taller. Ha sido bien reconocido, le ha gustado mucho a los clientes el trabajo y hasta la fecha solo estoy yo y una señora, y cada quien tiene su arte y diseño en trabajar”, explica Molina.
Uno de los clientes de Moisés Abraham es Harold Cordero. Conoció de su trabajo a través de las redes sociales, pero fue por recomendación de un amigo que acudió en 2018 al taller Divine Creations.
“Hasta el momento le he encargado dos mantos y una túnica bordada para mi imagen de 22 pulgadas. Respecto al trabajo que realiza Moisés Abraham me siento satisfecho ya que es muy exclusivo, original y de muy buena calidad, ya que los bordados son realizados de manera artesanal por sus propias manos, sin intermediarios y con técnicas antiguas como son la máquina tradicional Singer y el aro de bordar”, explica Harold.
Imagen de la Purísima de Harold Cordero, vestida con creaciones de Divine Creations. Foto: cortesía.
El arte que traspasó fronteras
Entre los trabajos más grandes que ha realizado para templos católicos han sido de la Ermita de Dolores, en León, en ese momento fungía como párroco monseñor Bismarck Acevedo (Q.E.P.D.) y le encomendó a su taller la elaboración de tres trajes para la imagen procesional y titular de esa parroquia.
Sus trabajos no han quedado solo ahí, Divine Creations ha elaborado mantos completos para la patrona de Nicaragua que se encuentra en el trono de El Viejo, Chinandega. Molina cuenta que en tiempos en los que la Basílica de la Inmaculada Concepción era regida por monseñor Rodrigo Urbina Vivas le dieron a elaborar varios de estos.
“No solo parroquias de aquí de Nicaragua, también hemos elaborado trabajos para parroquias de los cantones de Costa Rica, como San Rafael de Oreamuno, en la provincia de Cartago. Varias cabelleras en la parroquias de San José, como la de El Carmen”, expone orgulloso del trabajo que se hace en su taller.
Primero se dio a conocer en Nicaragua, luego en Costa Rica y actualmente exporta piezas hacia Estados Unidos, sus principales clientes son nicaragüenses arraigados en la Unión Americana que celebran La Gritería. Otro de los mercados que le ha abierto sus puertas es el español.
Su taller tiene presencia en las redes sociales, Facebook, Instagram, TikTok, así como un sitio web; a través de estas han llegado otros clientes, entre ellos Francisco Rodríguez, un nicaragüense que radica con su madre en Estados Unidos y que al ver el trabajo de Moisés quedó maravillado.
“Yo andando en la aclamada Gritería tradicional nicaragüense de la ciudad de León. El día 8 de diciembre de 2019 me topé con su taller Divine Creations y casualmente tenía la imagen de la cual era perfecta en los ojos de mi madre Alba Luz Roa. Le hice la compra de la imagen y se la obsequié el mismo día”, explica Francisco.
Ese mismo día encargó al taller de Moisés un manto y vestido de color azul naval, bordado en plateado para que la imagen luciera impecable. Desde entonces ha adquirido 5 mantos y vestidos de diferentes diseños, además de una imagen réplica de la Virgen del Trono en tamaño natural, de 1.80 metros de estatura.
“Su trabajo es el mejor de toda Nicaragua y Costa Rica, siempre confío en los diseños que él me propone, porque sé que mi imagen siempre lucirá digna de veneración. Estoy totalmente agradecido con Dios y la Virgen por ponerme a Molina en mi camino. Estoy muy satisfecho con su trabajo”, agrega Rodríguez.
Francisco Rodríguez y su mamá junto a la Virgen vestida con las creaciones de Abraham Molina. Foto: cortesía.
En Estados Unidos los trabajos de Moisés se han dirigido hacia Miami, Florida; Los Ángeles y Arkansas, en este último, específicamente en Santa Bárbara, la parroquia es dirigida por un sacerdote nicaragüense y le ha encargado la vestimenta para imágenes sacras en Semana Santa.
Este 2023 Divine Creations fue recomendado para una parroquia en Extremadura, España, para vestir a la Virgen de Guadalupe que celebran el 12 de octubre, día de la hispanidad.
Modista de la patrona de Nicaragua y otras imágenes
Entre los trabajos que elabora está desde la ropa interior de la imagen, túnicas, mantos, cabelleras y si el cliente necesita la corona también la ofrece en repujado, bronce, plata, además de joyería, bases de madera forradas; todo esto porque tiene convenios con proveedores de este tipo de accesorios.
“Este taller también genera trabajo para otras personas externas. Vendemos todo en un mismo lugar, en Divine Creations”, sostiene muy orgulloso Molina.
Divine Creation no solo ha vestido a la patrona de Nicaragua, en su larga lista se encuentran los trabajos confeccionados y bordados para los cristos crucificados y yacentes, San Juan, la Virgen Dolorosa, los nazarenos, el Señor de Esquipulas, el Cristo de Pedrarias Dávila de León, entre muchas otras.
“Empezamos desde la paciencia, dedicación y sobre todo la fe y el amor que uno le pone al trabajo. No vas a dejar algo exquisito en el arte religioso si no tenés la fe y el esmero”, resalta Molina.
¿Quién es Cash Luna? Religión, dinero y acusaciones de nexos con el narco
El arte del bordado de Divine Creations no se cierra solo en las creaciones para imágenes religiosas, en su trayectoria labrada a pulso, cuentan piezas bordadas en vestidos de novias, toallas y fundas de almohadas personalizadas, juegos de camas para bebé, casullas, estolas y otros ornamentos sacerdotales, manteles para mesas de altares y más.
“Un poquito de todo, pero tratar de no salirse de lo que realmente nosotros somos que es la creación de piezas para arte religioso”, agrega.
Cuando inició Divine Creations solo era Moisés y su máquina de pedal, actualmente su mamá es la encargada de la confección y él se dedica a los bordados. De manera externa tiene otro colega que restaura imágenes, uno que elabora la joyería en plata y bronce, el carpintero que da forma a las bases de madera y otro que elabora los repujados. “Cuatro personas fuera del taller que nos trabajan directamente”, agrega.
Elaboración de piezas
Antes de iniciar a elaborar una pieza se debe conocer el tamaño de la imagen a vestir, el tipo de tela que el cliente quiere y en dependencia de ello dan el precio a los clientes que pueden ir desde los 450 dólares, un costo que justifica con el hecho de utilizar hilos importados de calidad que tiene que mandar a traer a El Salvador y en el caso de las telas, algunas las encuentra en León, pero otras tiene que buscarlas en Managua, Matagalpa y hasta fuera de Nicaragua.
“Es un trabajo que estás pagando porque es un bordado artesanal. Lleva su tiempo de elaboración desde que estás diseñando el dibujo, pasarlo a un papelillo que es el que va pegado en la tela y de último bordar. Un proceso que no va a estar en un día ni una semana, a veces lleva hasta 15 días el de manto, túnica y ropa interior”, explica.
El trabajo que se realiza en Divine Creations no es sólo bordar, hay que diseñar y confeccionar. Las telas que se usan son de alta calidad, entre ellas el raso francés. También utiliza fibra, terciopelo, organzas bordadas, tisú y oem suá. Explica que antes utilizaba chantú y terciopelo, pero que últimamente no está ingresando al país, lo que lo obliga a tener que traerlas desde Guatemala.
Una pieza que ha sido confeccionada y bordada en el taller Divine Creations puede rondar entre los 45 dólares, si se trata de logos, letras o nombres personalizados, hasta los 3,500 dólares en el caso de prendas religiosas para imágenes de tamaño natural, como es el caso de los nazarenos.
“Es mucha plata, cualquiera diría que yo me quedo con todo ese dinero, pero no, la mayoría se ocupa para materiales”, expone.
Molina se siente orgulloso cada vez que ve los rostros de satisfacción de sus clientes cuando llegan a retirar las prendas encomendadas a su taller. Su ojo de artista le ha permitido inspirarse y hacer mezclas que le dan como resultado un diseño único, pero también es flexible cuando le solicitan un bordado siguiendo diseños ya predeterminados.
Moisés Molina es un fiel devoto de la Virgen María. Foto: cortesía.
Este artesano del bordado no ha tenido que participar en tantas exposiciones para dar a conocer su trabajo, las recomendaciones de sus mismos clientes y sus perfiles en redes sociales le han permitido crecer en su ramo, pero reconoce que el haber participado en la exposición de la plataforma creativa “León, Arte y Moda” en 2022, le abrió más puertas.
Molina sueña con ver su taller un poco más grande que el espacio que tiene actualmente en su casa, además de contar con más maquinaria y personal para que apoyen a su mamá en la confección, así como otros que se dediquen a la elaboración de cabelleras y repujados, pero resalta que el bordado no se lo da a nadie.
“El bordado no lo doy, porque es como dar la piedra preciosa de tu corona. Siempre yo voy a estar en el bordado”, expone con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
Quienes tengan interés en el trabajo realizado por Moisiés Abraham Molina y su equipo, pueden contactarlo a los celulares: +505 89023872, +506 71330288 o a su correo electrónico: [email protected].
You must be logged in to post a comment Login