Saturación de agua en los suelos amenaza a cafetaleros nicaragüenses

Tras el paso de dos huracanes en menos de dos semanas y a la espera de otro posible fenómeno natural, las expectativas de recuperación en Nicaragua no son alentadoras. El Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) informó que entre este lunes y martes los acumulados de lluvia superaron los 250 mm agua, por lo que las afectaciones en los suelos podrían traer lamentables consecuencias para los cafetaleros.

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El climatólogo Eddy Maradiaga comparte que estas lluvias torrenciales se asocian a suelos saturados que pueden provocar deslizamientos de tierras, desbordamientos de ríos e inundaciones. Además en ciertas zonas se facilitan los procesos de erosión del suelo, por lo que aunque IOTA ha abandonado el territorio nicaragüense para ingresar a Honduras, las lluvias continuarán presentándose, y por ende los riesgos y preocupaciones seguirán latentes.

Maradiaga también advierte que detrás de IOTA se está formando otro sistema que podría llegar a ser la tormenta tropical Kappa. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) nombra los huracanes de forma específica pero cuando se «queman» todos estos nombres procede a utilizar el alfabeto griego y esta «sería la primera vez en la historia que se usaría el nombre de Kappa —que es la letra K en griego—» explica el especialista.

Ante la incertidumbre de la prolongación de las lluvias en el territorio, la Fundación Aldea alerta a los productores de café sobre diversas amenazas que podrían desde ya estarse presentando en los cultivos debido a la saturación de aguas en los suelos.

Calidad del fruto en riesgo

El agrónomo Carlos García Guatemala comparte que la preocupación es grande ya que los suelos se encuentran en un nivel de saturación de agua relativamente alto, principalmente aquellos que tienen altos porcentajes de arcilla, donde además se registran daños significativos como deslizamientos e inundaciones de ríos y cauces; afectaciones que venían presentándose en las fincas desde el paso del primer huracán, ETA.

Por lo que el principal miedo es que se pierda la calidad del fruto y se ponga en riesgo la seguridad de los productores, señala Sara Ruiz del área de comunicaciones de Fundación Aldea. Agrega que el objetivo del equipo es trabajar con productores asociados a favor de mitigar los riesgos y mantener la calidad del café de forma segura.

Aunque IOTA ha abandonado el territorio nicaragüense se espera que continúen presentándose lluvias | NI

El cultivo de café en Nicaragua «está siendo afectado en la fase fenológica esencial, que es la etapa de maduración» explica García, por lo que la consecuencia es el deterioro de la calidad del fruto. En promedio el café necesita entre 1,200 mm a 1,800 mm de agua «bien distribuidos en el año, donde los mayores requerimientos se necesitan en etapa de floración y formación, pero no tanto ahorita en la etapa de maduración» advierte.

Una de las principales amenazas que están presentándose es la llamada asfixia radicular, que es no es más que una disminución de oxígeno en la capa fértil. Todas las plantas necesitan aire para respirar, pero ante la alta saturación de agua, hay poca cantidad de oxígeno y los cultivos no pueden absorver de manera eficiente los nutrientes disponibles en el suelo. Por lo que los productores deben tomar en cuenta algunas recomendaciones fundamentales para que los daños en sus cultivos no sean significativos y puedan obtener ganancias de su vía de subsitencia.

¿Qué pueden hacer los productores?

Estos fenómenos naturales con altas precipitaciones, bajas temperaturas y alta humedad relativa, no solo afectarán el cultivo para este ciclo sino que también al próximo ciclo productivo ya que al afectar a las raíces de las plantas, en la otra fase que se presenta entre febrero a mayo, «podemos tener una reducción significativa en la cantidad de brotes florales» advierte García.

Foto: Nicaragua Investiga

Y están enfocados en la parte de saturación de suelos, ya que la humedad también aumenta la incidencia de las enfermedades por proliferación de hongos y bacterias. Por lo que las medidas compartidas con los productores tras las fuertes lluvias se basan en corregir los daños.

El agrónomo comparte que la principal recomendación a los productores es garantizar la mayor cantidad de luz dentro de las plantaciones y ejercer un control de maleza manual oportuno, con el objetivo de reducir la humedad. Más allá de tratarse de una medida preventiva, se trata de un método curativo, pues los suelos ya han sufrido un largo periodo de precipitaciones.

Las afectaciones en los cultivos se reflejarán hasta el próximo año | NI

Agrega que la recuperación de los suelos depende de las zonas en que están ubicadas las fincas, pues aquellas que  están ubicadas en pendientes altas y no presentan suelos arcillosos, con condiciones climáticas favorables, se recuperarán con mayor facilidad, al contrario de las zonas más bajas. «Hay variedades de fincas con variedades susceptibles a la humedad, y hay zonas con topografías donde el agua drena con facilidad» por lo que la recuperación dependerá de las condiciones y recursos de cada productor.

De igual forma, trabajan desde las plataformas digitales para que los productores sepan qué hacer en caso de un deterioro del clima, les brindan recomendaciones de cómo proceder, el tipo de medidas a tomar en los cafetales y los números de emergencia locales para garantizar el mínimo de perdidas materiales y humanas.

Para Maradiaga es importante establecer un sistema de alerta temprana para advertir a los productores de estos eventos, por lo que utilizan herramientas como Facebook y WhatsApp para informar a los productores sobre las condiciones climáticas a nivel de cada municipio, y así puedan establecer gestiones de riesgo productivo y de protección ciudadana.