El boom de los Call Center: ¿cuánto aportan a la economía nicaragüense?

Ganar en Nicaragua entre $500 y $600 dólares mensuales es un sueño que se puede cumplir si se habla inglés, el único requisito indispensable en la industria de los call centers. Un sector que poco a poco ha venido creciendo en el país y que hasta ha hecho alianzas con academias de enseñanza del idioma extranjero para tener mano de obra calificada.

El sector de externalización de servicios exporta alrededor de $245 millones de dólares anuales, según datos de la Agencia de Promoción de las Inversiones ProNicaragua.

Sin duda, la industria de los call centers, mayoría de ellos bajo el régimen de las zonas francas, han significado un comodín para muchos jóvenes que lo ven como una gran oportunidad de ganar un buen salario, poder suplir necesidades y tener un nivel de vida más alto que el de muchos otros nicaragüenses que pese a tener un título universitario no logran recibir salarios competitivos.

Francisco Jiménez es un caso excepcional, a sus 27 años decidió dejar su pueblito de origen en el sur del país. Las pocas oportunidades de conseguir un trabajo como docente de la enseñanza de inglés lo obligó a mudarse a la capital. Una de sus mejores decisiones, según él.

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“Si me hubiera quedado en mi pueblo, a parte que me habría costado conseguir un trabajo, el salario sería tipo C$8,000 mensuales. Esa situación me obligó a venir a Managua, apliqué en un call center. Al poco tiempo me hice supervisor y ahora gano $715 más $20 para el supermercado, bonos, tickets de cine, certificados de hotel o restaurante, entre otros beneficios. Con ello rento un apartamento, el salario me alcanza para cubrir mis gastos, ahorro y puedo ayudar a mi familia en Rivas”, cuenta Francisco, quien se siente satisfecho por su trabajo en un centro de llamadas telefónicas de origen extranjero.

Call center, única opción para profesionales bilingües

Alejandro, quien prefirió solo usáramos su primer nombre, concuerda con la opinión de Francisco, los call center han significado un gran apoyo en su economía familiar y explica que los salarios son bien remunerados, el básico ronda entre $550 y $650 dólares, en otros puestos como management podría ganar $750 u $800; más de mil dólares en una posición más alta de supervisor y un manager hasta $2,000.

“Los call centers son muy buena oferta laboral para bilingües no te piden experiencia te capacitan para que podás trabajar con ellos, no se necesita preparación académica específica, es servicio al cliente. Al final es el mismo cliente quien te prepara con la información y conocimiento con las compañías con las que trabajás».

Sin embargo, para el economista Marco Aurelio Peña, si bien los call centers son una muy buena fuente de empleo con salarios por encima del mínimo nacional; no dejan de ser un subempleo, pues muchos jóvenes con títulos universitarios se ven obligados a desempeñarse en esta industria por falta de oportunidades en sus carreras universitarias.

“Son subempleos para la fuerza de trabajo joven. Chicos con postgrados o maestrías, ingenieros, deberían de ganar al menos mil dólares. Como no hallan trabajo se va a los call center. El subempleo andaba en 2021 en 46% de la población ocupada. Los call center son un salvavidas”.

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Un caso similar al que comenta Marco Aurelio es el de el joven Gustavo Sánchez, a sus 26 años, cansado de buscar empleo como Ingeniero Industrial, carrera que culminó hace más de 2 años, decidió enrumbarse en el sueño de los call centers. Con una base en el idioma inglés se fue a una academia de idiomas y en pocos meses logró perfeccionarse y aprender el trabajo en los centros de llamadas.

“Yo ya tenía cierto conocimiento en el idioma inglés debido a que era una asignatura durante primaria y secundaria, estuve tres meses en una academia. Ya había laborado anteriormente en una campaña en español pero decidí aprender inglés por lo que las campañas en español son muy escasas y se gana menos que en las bilingües”, comenta Gustavo.

Más de 45 empresas dominan la externalización de servicios en Nicaragua

Según ProNicaragua, la agencia de atracción de inversiones del gobierno: “en Nicaragua están establecidas más de 45 empresas de Externalización de Servicios, que representan más de US$100 millones en inversión, y emplean a más de 11,700 personas”.

Pero las zonas de «confort» no son muy beneficiosas, las distintas situaciones por las que atraviesa el país pueden jugar un papel muy importante a la hora de atraer inversión extranjera o al momento en que una empresa tome la decisión de expandirse.

“En 2021 hubo recuperación económica, eso hace que no se retire la inversión extranjera externa, pero si la crisis continúa y hay tensiones políticas, lo que sucede es que desmejora tu imagen a nivel país, aumenta el riesgo, no hay facilidad para inversión y demasiada burocracia. Si al inversionista le llega información que no hay independencia jurídica, no se respeta la seguridad privada, no se resuelven bien los casos, el inversionista podría decidir no invertir más. Si hay riesgo no se invierte y por tanto, optan por otros países”, comenta el economista.

Pese a los discursos antiimperialistas de Ortega, el gobierno reconoce que el sector de externalización de servicios ha crecido gracias a su proximidad geográfica a los mercados del Norte y Sudamérica, la estructura de costos y la calidad de talento humano.

“Nicaragua pueda brindar servicios en inglés y en tiempo real hacia Estados Unidos, y diversificar sus destinos hacia Costa Rica, Alemania, México, Holanda, Canadá, Argentina, Australia y Reino Unido”, se lee en la web de ProNicaragua.

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José Velásquez a su mediana edad ha experimentado tres tipos de puestos en los call centers, ha trabajado en servicio al cliente, soporte técnico y cobranza, para él el trabajo en este sector ha significado salarios mensuales de $600 más comisiones y regalías de la empresa, dice sentirse satisfecho con lo que hace.

“Es una buena oportunidad para sufragar la falta de empleo en el país en los diferentes campos. La mayoría de personas al salir de la universidad lo ven como algo temporal para luego incursionar en algo de su campo. También, ofrece disponibilidad de horarios por lo cual funciona de manera perfecta para estudiantes”.

Las jornadas laborales en un centro de atención al cliente van entre las 45 y 48 horas semanales en dependencia de si el turno es matutino o vespertino, las horas extras y los días feriados son muy bien remunerados. Algunos trabajos son de lunes a viernes, pero otros cubren el fin de semana con uno o dos días de descanso.

Crecimiento, una oportunidad de que no siempre se encuentra en otras empresas

Harry Mendieta tiene 25 años, su caso es particular, no tiene profesión alguna. Con su conocimiento de inglés y en busca de un trabajo no pensó dos veces aventurarse en la industria de los call centers y desde febrero de 2018, se dedicó al servicio al cliente.

“En un call center tenes la oportunidad de crecer rápido profesionalmente, una vez tenés tres mes podés aplicar a todo tipo de posición ya sea dentro de la campaña o la empresa, desarrollás técnicas diferentes en las que te podés especializar, al igual que crece el salario y la experiencia”, comenta Harry.

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El economista Marco Aurelio tiene una visión más futurista y opina que la enseñanza del inglés se debe hacer desde el preescolar hasta la educación superior, así como otros extranjeros, entre ellos: francés, portugués, alemán y mandarín. Que se piense en los países con los que Nicaragua tiene relaciones comerciales y que permitan ampliar oportunidades a los jóvenes.

“Se necesita de otras actividades y destrezas, no solo basta el inglés, software, ventas, títulos profesionales. Que se abran plazas de call centers que valoren las titulaciones y preparación. Hay que apostar a una complejidad de servicios, sofisticación de mercados para que los jóvenes sean aptos de ubicarse en empresas que lideran la economía mundial como Microsoft, Google o Tesla, que en Nicaragua no existen pero se ubican en Costa Rica”.

“Hay que pasar a un nivel de cualificación en áreas de informática que son bien remuneradas en el mundo, en Nicaragua se está perdiendo, no se aprovecha a la gente joven”, concluye el economista.