El exjugador de Grandes Ligas, Dennis Martínez, se pronunció ante la decisión del régimen Ortega-Murillo de eliminar su nombre de la fachada del Estadio Nacional de Beisbol de Managua.
Martinez, en su columna “Desde el Montículo” publicada en el diario La Prensa, declaró que primero que todo han estado sus valores y su dignidad. “Nunca me importaron las consecuencias sobre mi postura a favor del pueblo nicaragüense, porque mi manera de pensar, mis valores y dignidad nunca han estado a la venta“, dejó claro Martínez.
¡Gracias a Dios!
La leyenda deportiva nicaragüense también agradeció a Dios por todas las bonanzas que ha recibido en su vida.
«Yo simplemente agradezco a Dios por todas sus bondades en mi vida y así como le di gracias a Dios cuando ese hermoso estadio llevaba mi nombre, le digo gracias a Dios! otra vez por haberlo removido”, subrayó.
El primer latinoamericano en la historia de lograr el juego perfecto en Grandes Ligas, manifestó que es más importante el legado que uno deja que el poder.
“Los gobernantes pueden quitar y poner nombres a su antojo pero lo que más me ha importado es qué ejemplo dejo en esta vida. Soy una persona de 68 años que supo enderezar su vida cuando el alcohol quiso hundirla, pero Dios, la virgen y mi esposa me rescataron”, comentó Martínez.
Estadio Nacional de Beisbol, una estructura de división y muerte
Igualmente dijo que en su momento la estructura del estadio nacional representó un lugar donde los nicaragüenses se unieran para olvidar las desgracias y pudieran disfrutar del deporte, sin embargo después de las protestas del 2018, el estadio era sinónimo de muerte.
«Empezaron a circular las duras noticias e investigaciones periodísticas que el Estadio Nacional se había convertido en un cuartel de donde salían los matones del pueblo, me golpeó, y luego tras las investigaciones de la CIDH donde confirmaron el uso de francotiradores ubicados en el coloso, me hundió aún más», manifestó.
“Esa estructura representaba la unidad, la diversión, el olvido de nuestras desgracias, porque somos un país beisbolero que en medio de los momentos difíciles, la pelota nos reencontraba, sin embargo ahora desde ahí habían salido las balas de la muerte. Las madres de los fallecidos miraban el estadio con repudio y se convirtió en sinónimo de división, unos llamándome “vende patria” y otros defendiéndome y que debían quitarle mi nombre para no seguirlo ensuciando”, subrayó Martínez.
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Asalariados del régimen contra Martínez
Las denuncias de una de las más grandes figuras deportivas de Nicaragua ante los abusos de derechos humanos, han provocado todo tipo de insultos por parte de asalariados, propagandistas y fanáticos del oficialismo.
Días atrás el diputado sandinista Moisés Absalón Pastora vociferó en contra de Martínez calificándolo de “traidor, terrorista, malagradecido» y hasta «adrón”.
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