Al mediodía de este martes en el barrio indígena de Monimbó, en Masaya, se vivieron momentos de tensión cuando una patrulla de la Policía Nacional se presentó a la casa de habitación del padre Donald García, para advertirle que no mencione más el nombre de monseñor Rolando Álvarez, tal como lo hizo en la eucaristía el pasado domingo.
“Mirá, no queremos que estés mencionando el nombre de Rolando Álvarez”, le increpó uno de los uniformados al sacerdote, según se filtró.. “Pero si yo no he hecho nada ilegal”, le respondió el religioso.
Según vecinos del sacerdote, quien es muy querido en Monimbó por ser muy oficioso en los diferentes actos litúrgicos y dispuesto cuando lo busca la gente, él les habló a los policías sobre la palabra de Dios para hacerlo entrar en razón mientras lo escuchaban por unos minutos, pero luego de forma malencarada le advirtieron que no siguiera mencionando públicamente el caso del obispo Álvarez.
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Al ver la patrulla en la casa del prelado, el ambiente se mantuvo tenso en este barrio indígena, mientras algunos monimboseños salieron a ver qué sucedía.
“La visita” fue rápida. El sacerdote estaba al cuido de su hermana, que es una persona de la tercera edad que está bastante delicada de salud.
Este caso no es aislado. Luego de que se refirieran en misa al caso de monseñor Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por la dictadura, los sacerdotes Erick Ramírez Velásquez, de Telpaneca y Adalí Carrasco, de Ciudad Antigua, fueron detenidos y luego liberados tras advertirles que no podían volver a mencionar al obispo encarcelado.
Otro que fue «advertido» es el padre Juan Amílcar Lazo Rivera, del municipio de San Lucas, en Madriz.
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