La familia Ortega Murillo continúa su arremetida contra la Universidad Centroamericana (UCA), el único centro de educación superior con libertad de cátedra en el país y bastión de la lucha cívica de los universitarios contra la dictadura de Nicaragua, de acuerdo a analistas y opositores.
Entre las recientes arremetidas del régimen contra esa institución educativa está el congelamiento de sus cuentas bancarias, provocando que, por el momento, no puedan recibir los pagos de aranceles y otros servicios de parte de estudiantes y colaboradores.
La dictadura también ordenó inmovilizar los bienes inmuebles de la universidad.
El paso de los Ortega Murillo por la UCA
Aunque para la familia Ortega Murillo la UCA es «elitista», antes que el caudillo sandinista retomará el poder en 2007, varios de sus hijos y familiares estudiaron en esa prestigiosa universidad , sin incluir el listado de funcionarios que eligieron a esa institución académica para educarse y formar a su descendencia.
Aún hay recuerdos de Juan Carlos Ortega Murillo paseándose por los pasillos con su guitarra colgada en la espalda y cantando en algún rincón con sus amigos. El actual propietario del oficialista TN8 finalmente recibió su título profesional de la carrera de Comunicación Social en el año 2004.
En las redes sociales se han compartido las supuestas notas académicas del hijo de Ortega que reflejan su pobre desempeño como estudiante UCA. Incluso, en la clase de Estadística Social obtuvo cero.
«Aquí está la razón por la que Juan Carlos Ortega ha querido que “sus papis” confisquen la UCA. El maje salía aplazado y la mejor forma es “tomarse los archivos” y “corregir” esa vergüenza», expresó el periodista deportivo Miguel Mendoza en sus cuentas.
En el 2002, Daniel Edmundo Ortega Murillo se graduó en la UCA como sociólogo. Actualmente es director del oficialista Canal 4 y coordinador de medios en el Consejo de Comunicación y Ciudadanía que dirige su madre, Rosario Murillo.
Daniel Ortega y sus hijos Luciana, Camila y Maurice Ortega Murillo. Foto: Redes sociales de Maurice Ortega.
Por los pasillos de la UCA también anduvo Maurice Ortega Murillo, otro hijo al que le fue dado un medio de comunicación, Viva Nicaragua Canal 13. En la UCA conoció a su ahora esposa, Blanca Javiera Díaz Flores, hija del actual jefe de la Policía Nacional, comisionado general Francisco Díaz.
Maurice posteriormente se trasladó a la universidad privada Thomas More, donde también estudió Camila Ortega Murillo.
Laureano Ortega, quien algunos analistas consideran que ha sido preparado para suceder a su padre al frente de Nicaragua, también estudió Sociología en la UCA.
Daniel Ortega estudió en la UCA
Incluso, el mismo Daniel Ortega Saavedra intentó coronar un título en la UCA en los años 60, según conocidos del líder sandinista. El dictador pretendió egresar como abogado, pero solo cursó algunas clases durante un año.
No obstante, el líder sandinista logró ser reconocido por una institución de educación superior: la Universidad Nacional de Lanús, de Argentina, que en 2014 le otorgó, por decisión unánime, el título de Doctor Honoris Causa por considerarlo un «referente de la defensa de la dignidad, la igualdad y la libertad de nuestra América».
Pero, la casa de estudios también le había dado el mismo título a los exmandatarios de izquierda Evo Morales y Luiz Inácio Lula Da Silva.
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Escalada represiva contra la UCA
Tras las protestas sociales de 2018— en la que participaron líderes estudiantiles de la Universidad Centroamericana y cuya casa de estudios dio refugio a los jóvenes manifestantes— el régimen ha ejecutado una serie de acciones en su intento por asfixiarla económicamente:
- El Consejo Nacional de Universidades (CNU) inició, de facto, el recorte a la asignación del presupuesto estatal entregado a la UCA por ley (6% constitucional) hasta desaparecerlo en 2022.
- Ha sido objeto de descalificaciones por funcionarios y fanáticos del régimen, y es sometida a constante vigilancia y asedio policial.
- La comunidad estudiantil ha sido blanco de persecución y hostigamiento por agentes policiales y paramilitares.
- En 2020 los jesuitas denunciaron que a esa fecha ya eran víctimas de «fallos judiciales ilegales, negaciones de atender gestiones de la UCA en instituciones del Estado y omisión o retrasos injustificados en la entrega de documentos que requerían para operar legalmente».
- En 2022 la Asamblea Nacional excluyó a la UCA como miembro del CNU, quitándole por ley el derecho a la partida presupuestaria del 6%.
- El diputado sandinista Wilfredo Navarro amenazó con cancelar la universidad.
- Ese año el régimen impidió el retorno al país del entonces rector, el padre José Alberto Idiáquez. Meses después también negó la entrada al ex vicerrector Jorge Huete.
- La dictadura ordenó congelar las cuentas bancarias de la institución y de algunos de sus altos directivos, sin brindar explicaciones.
- El Registro Público también inmovilizó sus bienes inmuebles a pedido de la Procuraduría General de la República y sin justificación alguna.
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Un zarpazo
Tras el congelamiento de las cuentas de banco, las condenas no se han hecho esperar en especial exalumnos de la UCA.
«Este es otro zarpazo de Daniel Ortega y Rosario Murillo en venganza al pensamiento, al criterio, a la conciencia y a la verdad. A la dictadura le incomoda una sociedad pensante y formada», expresó el dirigente estudiantil Lesther Alemán, egresado de la UCA, quien en 2018 confrontó a Ortega durante el fallido diálogo nacional.
«La UCA es un símbolo de resistencia, casi el único espacio en el que se estaba permitido pensar ¨fuera de la caja¨ que la dictadura impone; es bastión en la conciencia del estudiantado», indicó Alemán, quien en 2022 recibió el título y premio a la Excelencia Académica otorgado por la universidad cuando el joven se encontraba en la cárcel.
Asimismo, este es «un daño en contra de la Compañía de Jesús y un crimen más contra la Iglesia» en el país, dijo.
El abogado y opositor Juan Diego Barberena, también egresado de esa alma mater, recibió la noticia con «mucha indignación» porque con esta orden «la dictadura está proscribiendo a la universidad más importante y relevante en los últimos 60 años en la historia política y social de Nicaragua», al inoperativizarla.
Resaltó que la UCA, fundada por la Compañía de Jesús en 1960, cumplió una gran función en la lucha contra la dictadura somocista y con la dictadura de Ortega no ha sido la excepción.
Y, por tanto, coincide en que «este es un reflejo de la consumación del régimen totalitario que pretende acallar y anular el único centro de pensamiento que quedaba en el país en vertir posiciones académicas adversas al grupo de poder».
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Acción de Ortega contra la UCA es «alarmante»
Asimismo, miembros de la Alianza de Jóvenes y Estudiantes Nicaragüenses (AJEN) condenaron la medida del régimen calificándola de «alarmante y repudiable», la cual constituye una «clara violación de los derechos fundamentales de los estudiantes y colaboradores, así como un intento de coartar la autonomía universitaria».
A través de un comunicado, AJEN instó a la comunidad internacional, a defensores de derechos humanos y a las demás organizaciones estudiantiles a manifestar su solidaridad y unirse en defensa de la UCA y de la educación superior en el país.
Talibanismo del régimen
Tanto Barberena como Alemán no apostaron sobre el próximo paso que la dictadura podría dar en contra de la UCA, sin embargo, indicaron que «todo es posible», en un contexto de cierre y confiscaciones de universidades privadas.
Por su parte, el analista político Manuel Orozco advirtió que «el ataque contra la UCA es talibanismo del régimen», entendido como un movimiento político-religioso y militar extremista y criminal.
También alertó que «congelar las cuentas presagia la cancelación y confiscación (de la universidad) con consecuencias humanas devastadoras porque sustituyen conocimiento a cambio de control».
Los excarcelados políticos Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga también denunciaron, por aparte, que «Ortega quiere estrangularla» porque las dictaduras «temen que la juventud piense y se exprese» y para «silenciar su denuncia de los asesinatos y violaciones de derechos humanos».
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