La dictadura sigue removiendo sus propios cimientos. En los últimos años, el régimen no solo ha sacudido a sus diplomáticos, sino que las destituciones, incluso encarcelamientos, ha tocado a funcionarios del Poder Judicial, la Policía Nacional y, recientemente, al ex vicepresidente de Daniel Ortega, general en retiro Omar Halleslevens, expulsado de su oficina en la Vicepresidencia.
Estas son las purgas más importantes ocurridas en los últimos años:
Adolfo Marenco Corea: El comisionado general fue removido de su cargo como jefe de Investigación y de Inteligencia Política de la Policía Nacional, en noviembre de 2022. En enero, se convirtió en el primer alto jefe policial retirado y apresado por órdenes de la pareja dictatorial Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Ni la estela de sangre que contribuyó a regar durante las manifestaciones antigubernamentales de 2018 con su aparato de espionaje contra opositores le «salvaron» de las garras de su caudillo. El exsubdirector de la institución policial fue descabezado presuntamente porque deseaba salir del país. Otras versiones apuntan a que se negó a seguir trabajando con el régimen.
Posteriormente, trascendió el encarcelamiento exprés del comisionado general Pedro Argueta y el anuncio de los movimientos de los altos cargos policiales en el país.
Renuncias y destituciones: el desgrane del régimen de Ortega
Y como naipe cayeron también el comisionado general Luis Barrantes, destituido en silencio como jefe policial en Matagalpa; y el comisionado general Juan Valle Valle, retirado de la jefatura de la Policía en Masaya. De acuerdo a fuentes periodísticas, el exjefe de Seguridad del Estado Lenín Cerna fue el encargado de la «limpieza».
Gerardo Rodríguez: El expresidente del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) fue descabezado en octubre de 2021. Su defenestración incluyó el allanamiento a su domicilio y el despido de su personal, de acuerdo a fuentes.
Rodríguez se habría excedido al admitir un recurso de amparo que introdujo el cancelado partido opositor Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Orlando Solórzano: El eterno ministro de Fomento, Industria y Comercio fue removido de su cargo en marzo de 2022, por supuestos problemas de salud. El «hombre leal al caudillo sandinista» fue apaciguado luego con más de un millón de córdobas como supuesto consultor para temas de comercio internacional.
Al mismo tiempo, la pareja dictatorial desmoronó el círculo de confianza de la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos, y mantiene bajo vigilancia y control a sus fichas políticas en las alcaldías y municipios; ediles también han sido echados bajo sigilo.
Otro que durante años figuró entre los leales es Leonardo Torres, pero actualmente prefiere mantener un perfil bajo luego de caer en desgracia, perder su cargo en la Junta Directiva del Banco Central, y ver cómo eran retiradas las personerías jurídicas a la Universidad Hispanoamericana (Uhispam) y al Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), presididas por él.
Remociones típicas de regímenes dictatoriales
«En estos regímenes dictatoriales reina la paranoia. En una dictadura como ésta abunda el miedo, de esta familia dinástica, a ser traicionada y lo que pide es una lealtad perruna», manifestó el analista político Israel Lewites Cornejo.
El también activista y escritor explicó que esta «lealtad» al régimen los Ortega Murillo la logran también infundiendo miedo. «Y a veces esas purgas las realizan en contra de personas solo por un rumor porque les parece conveniente. Nadie puede sentir que es imprescindible», afirma Lewites.
Sin embargo, considera que estas remociones no representan un desquebrajamiento de la dictadura sandinista por representar «movimientos propios de estos perversos».
«No podría decirte que esta sea la antesala de la implosión que tanto quisiéramos los nicaragüenses, que podría ser la salida menos cara para nuestro país», añadió.
La paradoja de la situación, según el analista, es que entre más brutal es la represión, mayor es el rechazo; y cuando un régimen se siente acorralado «deben hacer uso de una mayor represión».
«La dictadura de Ortega, en su acorralamiento, la única herramienta que le ha quedado para mantenerse en pie son las armas y el terror, y lo tienen que aplicar, aunque eso implique una mayor presión a lo interno», dijo.
Intentan exculpar a Ortega
Para Israel Lewites, las destituciones no solo responden a la ira de la esposa de Ortega, Rosario Murillo, como afirman fuentes. Eso es como «exculpar a Ortega».
«Mi impresión es que intentan lavarle un poquito la cara a Ortega con ciertos cuadros del Ejército, diciendo que (la decisión) es de la señora (Murillo)», afirmó.
«Yo no creo que existan decisiones que no cuenten con el beneplácito del dictador Ortega. Tal vez la señora presione más, pero todas las decisiones son colegiadas», reiteró.
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