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INSS necesita por lo menos 900 millones de dólares anualmente

Roberto López en su comparecencia en Canal 10 esta mañana. Cortesía.
  • Esto para poder operar sin problemas, pago de pensiones, pagos de salud de los asegurados, gastos operativos, entre otros

La salida de capitales en inversiones fallidas, no es el único problema que explica la crisis del sistema de seguridad social en Nicaragua, hay otros factores que suponen un mayor riesgo para el sistema y que a la larga han contribuido a estancar y posponer las medidas para salvarlo.

En las reuniones del gobierno con el Fondo Monetario Internacional o con el Banco Mundial, siempre se ha hecho énfasis en hacer los ajustes necesario al sistema, no así para mejorar la transparencia en el uso de los recursos de la institución.

Cada año esta institución necesita de por lo menos 900 millones de dólares para seguir operando y cumplir con todas sus obligaciones

Las malas inversiones explican en parte el déficit de la institución y sus recurrentes crisis. En la década de los años 80, el INSS fue utilizado para la construcción del complejo habitacional San Antonio, del cual no hay una liquidación del retorno del dinero salido de las arcas de la institución. Sin embargo en esa época también el INSS se vio sometido a fuertes presiones ya que se le incluyó en el Sistema Único de Salud, sin que se le transfirieran los recursos necesarios.

Debemos de partir de una premisa básica para conocer los grandes problemas de las pensiones. Cada año esta institución necesita de por lo menos 900 millones de dólares para seguir operando y cumplir con todas sus obligaciones, las cuales incluyen pensiones cuatrocientos veinte millones de dólares (US$720 millones), ciento cincuenta millones (US$ 150 millones) para salud, Empresas Médicas Previsionales, cien millones (US$100 millones)  para gastos administrativos, de acuerdo con el especialista en seguridad social Manuel Israel Ruiz, y soportado por el informe financiero del 2017 del INSS.

Una cantidad superior es lo que el INSS debe obtener de parte de todos los asegurados activos y de sus inversiones. Sobre estas últimas se ha visto que no existe información disponible sobre sus resultados o retorno a las arcas de la entidad. La falta de transparencia en cuanto a la situación de los diferentes programas de seguros ha llevado a la institución a déficit recurrente, ya que estas ramas se subsidian entre sí, sin que se conozca la situación real d cada una de ellas.

Se supone que el INSS, de acuerdo con su ley Orgánica, Ley 974, ley de Seguridad Social, de 1982, se financia con la contribución de empleados y trabajadores, el aporte del Estado, multas y recargos que se cobre por infracciones, ingresos provenientes de operaciones financieras que realice, bienes que adquiera o títulos de donación, herencia o legado y cualquier otro ingreso que pudiera percibir (artículo 23). Sin embargo sobre todas estas fuentes de financiamiento no hay información precisa. Ya se ha visto cómo se han realizado inversiones sin retornos, colocaciones en bonos de los que no se tiene certeza de sus rendimientos, traspasos o ventas de bienes sobre los cuales tampoco hay información, sostienen expertos consultados y revisión de profusa información en medios de comunicación. Pero esto no es nuevo.

La génesis del problema

Hasta principios de la década de los años 70´, conforme su ley orgánica, el INSS era una institución autónoma, que era manejada al margen de la presidencia. Así que la institución logró acumular importantes superávit, que le permitieron asumir los compromisos con los asegurados, afirma el experto en seguridad social Manuel Israel Ruiz.

Además el seguro era sostenible en tanto estaba soportado y se debía a los asegurados, sin que tuviera que cargar con otros gastos de gobierno. Sin embargo los problemas vinieron cuando en 1970 asumieron nuevas autoridades afines al partido de gobierno. El INSS dejó de ser autónomo y se convirtió en una institución más del gobierno. Allí vinieron los problemas ya que la entidad empezó a ser manejada con criterios políticos y no técnicos.

Los diferentes tipos de seguros que se ofrecían dejaron de ser independientes unos de otros, de forma que los seguros de riesgo, invalidez y muerte, el de enfermedad y maternidad, y riegos profesionales, se empezaron a ver como uno solo en lugar de mantenerlos independientes, y se incluyeron nuevas prestaciones como las víctimas de guerra y la pensión reducida. De forma que actualmente no se sabe a ciencia cierta cuál es la situación de cada uno de ellos, ya que cuando hay problema en uno, se subsidia con el dinero del otro, explica Ruiz.

Es así que todo el sistema de pensiones se maneja bajo el concepto de “bolsón”, es decir un sistema financia a otro, lo cual permea las reservas mismas de la institución, ya que no se sabe cuál es más deficitaria, las cuales a juicio del experto en seguridad social, Róger Murillo, quien en una entrevista al Diario La Prensa en 2018 aseguró que las reservas de INSS “son intocables”.

La creación de este concepto, también ha fomentado que el déficit global de las pensiones se acreciente.

Hay que destecar que los ingresos del INSS provienen de sus diferentes programas de seguridad social, como destaca el economista Adolfo Acevedo, en un escrito publicado en su blog el año pasado “Los principales ingresos del INSS están representados por los ingresos por cotizaciones destinadas al financiamiento de las ramas Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), Riesgos Profesionales (RP), Enfermedad-Maternidad (E-M), y la denominada renta de la inversión, que corresponde a los ingresos netos derivadas del rendimiento de los instrumentos en que se encuentra invertido el fondo de reservas del INSS. A lo cual hay que sumar otros

Invalidez Vejez y Muerte.

El Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, no son más que las pensiones que se pagan cuando el trabajador ya está fuera del sistema como trabajador activo. Contempla el pago por vejez, pensión por invalidez, pensión a sobrevivientes, por muerte del asegurado o pensionado y prestaciones por reglamentación como el caso de las pensiones mínimas, víctimas de guerra. Es decir Al trabajador retirado se le empieza a pagar proporcionalmente, lo cual no debería ser un problema dado que durante toda su vida activa los trabajadores han realizando un pago mensual que les debería garantizar un retiro remunerado al final de su vida activa laboral. Pero no ha sido así.

Este es quizás el eslabón más débil, ya que los pensionados ya no están pagando al sistema y solo están recibiendo, una prestación por la que pasaron pagando toda su vida laboral.

De acuerdo con el economista Adolfo Acevedo en una entrevista concedida en 2013, este rubro está (ese año) en una situación difícil “Debido a que el monto de las pensiones está creciendo más rápido que el monto de los ingresos”, es decir de los cotizantes activos. Pero este año, cinco años después, el gobierno reconoció que el dinero para pagar pensiones ya se está agotando.

En esa misma entrevista Acevedo señala que “Se estima que para 2021 el Programa IVM será insolvente, es decir que ya no podrá cubrir los pagos de pensiones con sus ingresos, y sus reservas se habrán agotado” y agrega que para cubrir ese déficit la institución deberá recurrir a sus reservas  “pero dada la magnitud de los déficit, este fondo se agotará en pocos años” sostuvo en esa ocasión el economista.

Pero si nos vamos más atrás nos encontramos siempre el mismo panorama, “la rama de IVM (Sistema de Pensiones) ha reportado déficit, desde antes de 1994, siendo financiado por la rama de Enfermedad y Maternidad”, Alejandro Vogel Delgadillo, libro Reformas al Sistema de Pensiones de Nicaragua, es decir el bolsón financió el déficit de unas de las ramas.

Entonces como el INSS opera como un enorme bolsón, nadie sabe a ciencia cierta por dónde es que está fracturado, por lo que la posición más cómoda es tomar el dinero de las reservas de la entidad de las cuales no se sabe su uso y si con estas realmente se cubrió el pago de las prestaciones que tienen que recibir los asegurados, tal y como lo establece la Ley 974 de Seguridad y el Reglamento de Inversiones del Instituto Nicaragüenses de Seguridad Social, aprobado en 2007 pero publicado en la Gaceta un año después.

Entonces ¿como el INSS opera como un enorme bolsón, nadie sabe a ciencia cierta por dónde es que está fracturado?

Cada año el INSS invierte 150 millones de dólares para las Empresas Médicas Previsionales (EMP),creadas durante la administración de Simeón Rizo, en la década de los 90’, de los cuales los asegurados solo utilizan alrededor del 40 por ciento, según afirma el experto en seguridad social Manuel Israel Ruiz.

En este sentido el Acevedo señala que “de acuerdo con las cifras proporcionadas al FMI, esta rama comenzó a generar déficit por primera vez en 2015”, lo cual se ha debido a un crecimiento acelerado en el número de afiliados a esta rama “la afiliación a la rama E-M, vio acelerar su crecimiento, al pasar de crecer a una tasa promedio anual de 39.5% en 2006-2013 a una tasa del 51% como media anual en 2013-2016.

Sin embargo el INSS fue sometido a una presión adicional la cual a juicio del experto Manuel Ruiz, provino de la entrada en el presupuesto de los asegurados la denominada Pensión Mínima, la cual significó una erogación de mil seiscientos millones de córdobas, una reivindicación de una grupo de adultos mayores que exigían el cumplimiento del artículo 49 de la Ley de Seguridad Social, que creaba el concepto de Pensión Reducida.

En junio del 2013, cuando se aprobó esta reforma a la Ley, el presidente del INSS, Roberto López aseguró que “Si pagamos las pensiones a las personas que no cotizaron 750 semanas, el INSS entraría en un déficit. Tenemos que ser sinceros, el INSS no está en capacidad de pagar esos fondos”.

En 2015 se otorgaron mil quinientos millones de córdobas en pensión reducida, la cual en 2016 se elevó a 1, 900 millones y en 2017 se pagaron 1, 626 millones de córdobas, de acuerdo con los informes financieros anuales.

Una muerte anunciada muchas veces

A manera de conclusión, son muchos los factores que han llevado al INSS a la situación en la que se encuentra, y a las que no se les ha prestado la debida atención.

  1. Los gastos administrativos y operacionales han superado los ingresos de la institución. “No se adoptaron medidas para contener el crecimiento de los gastos administrativos y de la nomina salarial. Los gastos administrativos habían pasado de representar el 6.6% de los ingresos por cotización en 2007 al 11.9% en 2013, y continuaron aumentando su participación hasta alcanzar el 13.9% de los ingresos por cotización en 2016”, destaca el estudio del economista Adolfo Acevedo.
  2. El poco transparente manejo de las inversiones de la institución de los cuales hasta la fecha no se sabe a ciencia cierta cuáles han sido sus tasas de retorno y rentabilidad para la entidad. Hasta 2010, las inversiones del INSS estaban estrucutradas en la compra de títulos valores, lo cual es una inversión mínimamente riesgosa. Sin embargo poco a poco la configuración de las mismas, fue cambiando dramáticamente hasta el punto que el grueso de las inversiones, seis años después la constituye la participación del INSS en sociedades como lo destaca Acevedo “se redujo drásticamente la participación de las inversiones en activos de mayor liquidez comparativa – títulos valores del sector público, y certificados de depósito y de ahorros en el sistema financiero –, la cual declinó desde el 77.4% en 2012 al 27.6% en 2016, mientras aumentaba fuertemente la participación de los préstamos a agentes privados para construcción, así como la participación en sociedades, que pasaron del 22.6% en 2012 a 72.4% en 2016”. Por otro lado el actuario y ex funcionario del INSS aseguró en entrevista el año pasado que “el Seguro Social en su reglamento financiero dice que no se debe gastar más del seis y medio por ciento. No más de eso. Los gastos administrativos de todo el Seguro no deben de superar el seis y medio. ¿Y cuánto estaban gastando ahorita? El 14 por ciento”
  3. Déficit de las diferentes ramas del INSS manejados como uno solo, sin que pueda haber un conocimiento de cuál es la situación real de cada uno de ellos, destaca el especialista en Seguridad Social Manuel Israel Ruiz.
  4. Falta de ampliación de la base de asegurados la cual no ha pasado, históricamente el 25 por ciento de toda la masa que podría cotizar.
  5. Deuda del Estado. En 2014 la Asamblea Nacional aprobó una ley mediante la cual el Estado reconocía la deuda que éste tenía con el INSS y que era reclamada por cada administración. Esta asciende a 500 millones de dólares, congelados, a pagarse en un período de 50 años, a razón de 10 millones anuales. Sin embargo esta es prácticamente una deuda simbólica dado que el monto es mayor, y además supone un enorme costo de oportunidad que la institución perdió por no poder contar con ese dinero. Además la forma de pago no supone ningún beneficio, ya que se terminará pagando un dólar devaluado al mismo precio de hoy.
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